miércoles, 2 de enero de 2013

Morir de tos

En estos tiempos es más prestigioso y original morir de tos que de amor, o de cancer, o de sida o de un infarto.
Por eso yo me morí de tos, porque me gustan las viejas usanzas.

jueves, 27 de diciembre de 2012

Comprometido

Comprometido.
A mis treinta y tantos, ya era hora, no es que a mí me urgiera casarme, no con ella, pero a ella sí.
La amo, en definitiva lo hago, no con locura ni en desmedida, por eso es que me caso con ella, porque no me vuelve loco, y para sobrevivir es necesario guardar la cordura, que para enloquecer tengo ya suficiente con el tráfico de las dos, con mi vecina y su música de las seis, con la fila del banco que hago a las once.
En este mundo uno necesita de un amor racional, inteligente. Es lo más sensato, en definitiva lo es: recuerdo bien cuando me enamoré de tal manera que sonreía como estúpido a cualquier minuto, en cualquier lugar, en el tráfico, en la fila del banco, en mi cama escuchando la porquería de música que gusta a mi vecina poner en la madrugada; digo en la madrugada porque cuando estaba estúpidamente enamorado de Claudia para mí las seis de la mañana eran una hora descomunal para levantarse, ahora, con ella, con Ana, dormimos bien de noche y vivimos en el día, como la gente común lo hace.
Con Claudia las noches no servían para dormir, Claudia era tan pasional que cuando no me hacía el amor me tenía despierto de cualquier manera imaginada... sus pies fríos en los míos, fiestas, besos, películas, risas, música, dramas, pláticas, su olor, celos, cosquillas, llanto, nada, todo.
Ella, Ana, es... bonita, sí, no posee una belleza espectacular, ni siquiera particular (la de Claudia sí lo era), pero no es lo que yo o casi cualquiera pudiera decir, fea. No es ni flaca, ni gorda, es una mujer promedio, de complexión promedio y estatura promedio: no es alta, no es chaparrita, es morena.
Eso es lo que la convierte en una esposa ideal, ser tan promedio, sabe cocinar, será un buen ejemplo de madre porque es una mujer recta y trabajadora, es organizada y prudente.
Si ella, Ana, se muere, yo no me muero ¿detectan la importancia de este asunto cuando uno piensa en formar una familia? Es una pieza fundamental en el rompecabezas: con Claudia nuestros hijos podrían ser huérfanos, porque con Claudia, de amor me moría yo.
Si Claudia faltaba a mí me faltaba el aire y las ganas, de hecho, aún me faltan un poco, pero aprendí a vivir con ello y sin Claudia... absurdo, imprudente e impensable morir de amor si uno piensa en el bien de la familia entera.
¿Para qué vivir desbordando amor y alegría si en cualquier momento se puede dejar de hacerlo?
Enfocarme es lo importante: con ella, con Ana, puedo tener una familia envidiable, con hijos, casa, perro en el jardín; puedo enfocarme en lograr mis metas económicas mientras ella cuida del hogar y hace lo que tan bien sabe, ser una mujercita, como mi madre que tanto admiro.
Mis padres estarán orgullosos, para ellos Claudia era una casquivana, rebelde cualquiera, además que sé bien, y todos lo sabemos, que ellos no se aman pero se mantienen juntos por el bien común, de la familia y de la sociedad (una sociedad sana está constituida por familias, las familias están constituidas por padre, madre e hijos).
Charles, el hijo de Claudia, era otra razón para enloquecer y no pienso hablar de él porque no puedo, me asfixio sólo al tratar, ¿qué más da, si ellos no eran una familia? No una a la que yo pueda pertenecer.
Claudia con sus manos flacas, sus ojos grandes, sus piernas largas y, según ella, regordetas, sus complejos y complejidades, sus ganas de reír de todo y sus carcajadas estruendosas, la amé, de verdad que lo hago.
Ana ríe siempre discretamente, cual dama, y no la amo, Ana sabe que no la amo pero no le importa, quizá porque ella lo hace y cree que con su amor ajusta para los dos, quizá porque tontamente cree en el amor inteligente.

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Cuando aprendí a sufrirte, dejé de hacerlo. Y yo no sé si fue gracias a sus ojos y a sus besos, o al pozole y la ensalada navideña que acompañan, lo que antes pude llamar, mi tristeza.
También es culpa tuya este retraso, pedazo de alcornoque, que apenas se te ocurrió dejarme justo en Navidad, y no un día después como solías hacerlo.

Amarte a medias

Lo lamento, pero yo ya no estoy para reescribir pasados, a medias tintas y en papel usado.
[Que te ame en días festivos, me pides]
Lo lamento de verdad, porque yo quería escribir presentes que se convirtieran en futuros, para usar los días festivos en amarnos, y los ordinarios, y los pares y los impares, y todos los días de todos los meses a todas las horas. De todos los años.
[Que te ame por ratitos]
Es una pena que quieras que te ame así, tan a medias y por minutos, porque yo ni siquiera necesito de fechas para hacerlo, y menos para amarte a cuenta gotas y por tiempo limitado.
[Que te ame a medias]
Yo ya no quiero vivir instantes que se pausan, ni acumular recuerdos que se olvidan, ni tenerte sin tenerte... ni besarte siquiera.
[A medias...]
Yo ya no puedo vivirte a medias tintas, con medios besos bajo la media luna. Tú y yo, mi amor, no estamos hechos para medianidades, tú y yo, bien lo sabes mi vida, odiamos las mediocridades.
[... y yo te digo Adiós]
Por eso te pido que no me pidas que te ame mal y a medias, porque, lo lamento, yo sólo puedo amarte enteramente y bajo la luna llena.

lunes, 24 de diciembre de 2012

"Y te amaré por todos y cada uno de tus defectos", me dijo antes de irse, sin decir adiós.

jueves, 4 de octubre de 2012

Amores

Hubo una vez un anillo, sin compromiso; una princesa, sin sapo que besar; una estrella, sin titilar; un arcoiris, sin tesoro al final; un conejo, sin luna; una película, sin principio ni final; un sueño, sin dueño; un amor, sin medida; un atajo, sin destino y un destino sin camino.

Hubo una vez un sapo, que soñó con su princesa, tan linda ella que jamás lo querría besar, tan perseverante él que se juró que la iba a encontrar. Y así fue, tal y como lo platican los cuentos: la princesa tan hermosa, el sapo, tan verde. Se besaron y no fueron felices para siempre; fueron felices en ratitos, en otros tantos ni sabían si lo eran, pero sí, sí se amaron, tanto que a él se le quitó lo verde y la siguió amando cuando a ella se le quitó lo linda.

Hubo una vez un conejo, que soñó con estar en la luna, pero la luna tan soberbia se burló de él y de sus ganas, tanto que el conejo murió de tristeza, y la luna de tan triste, porque ya sabemos que nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido, se enfermó y se apagó un poquito. ¿Han visto la silueta del conejo en ella? Pues no, no es un conejo, es la sombra de su alma que la abrazó al verla tan apagadita, y así, la luna al sentirlo pudo brillar otra vez y alumbrar a otros conejos... y jirafas, y gatos y hormigas y elefantes.

Hubo una vez una rata vieja, que era planchadora, pero esta rata era una experta y jamás se quemó ni un dedo ni la cola. La rata era tan vieja que ya hasta nietecitos tenía, ocho, a los que mantenía, porque para desgracia de todos en esta historia no había papás ni mamás, las tragedias de la vida. Para poderlos mantener, a los ocho, se la pasaba planchando ajeno, de a 5 pesos la pieza, y así fue como los ratoncitos pudieron ir a la escuela, y comer y crecer y amar gracias a su abuelita, la rata vieja que era planchadora. 

Hubo una vez un amor, tan grande...
 

viernes, 21 de septiembre de 2012

Mejor me fui, sin decir adiós.


Desempolvando cuadernos me encontré con un adiós que nunca dije.

Mejor me fui, sin decir adiós
Y antes de irme se me hizo un nudo en el estómago y en mi garganta... me quedé sin voz, porque me tragué mis palabras y mi orgullo y mi todo
Mejor así, sin explicaciones ni suplicas por las mismas
Mejor así, sin el drama ni la pasión de la despedida
¿Para qué?
Si historias de esas nos sobran y ganas de irnos nos faltan
Me fui...
Mejor será que me busques en el pasado, porque el presente me lo estoy viviendo, el futuro será con alguien más y lo demás, te lo regalo
Mejor será que ni me busques porque ya no estoy, me perdí y me perdiste, nos perdimos
Me fui
Quédate con mi pasado y vívelo sin mí.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

¿Hace cuántos whiskies te dejaste en el olvido?

martes, 18 de septiembre de 2012

Felices por siempre

-¿Entonces ya no me amas?
-No, ya no. Te amé
-¿Y cuándo es que dejaste de amarme?
-Jamás, jamás dejé de hacerlo y sé que ya no te amo
-¡Juraste que me amarías por siempre!
-Sí, y tú juraste jamás irte
-Y me fui
-Y yo ya no te amo, ambos cumplimos con no cumplir
-¿Eres feliz a su lado?
-Tanto como lo sería si estuviera contigo, quizá más
- Entonces vivamos así, felices por siempre
                                                                FIN

viernes, 13 de abril de 2012

De suspiros y respiros.

De noche, cuando ya va amaneciendo y amanecemos juntos.
Sonrisas a medias, de esas noches que uno no puede dejar de recordar,
que uno no puede dejar de sonreír-las.
Suspiro cada vez que recuerdo nuestros respiros, entrecortados.
Respiro profundo...

miércoles, 14 de marzo de 2012

Aviso de ocasión

Solicito hacedor de té, que me haga suya.

sábado, 3 de marzo de 2012

Sentencia de muerte

Cuando la tristeza ya no te cabe y se te derrama a gotas, que salen por los ojos y terminan sabe dónde.  Sabemos bien por dónde empiezan, te recorren las mejillas -en mi caso, en el tuyo los cachetes-, el cuello, el pecho... y de ahí a parar Dios sabrá.
¿Pero cuando es tanta tanta que ya no te cabe ni tampoco te sale por los ojos,  ni por ningún lugar? Cuando la tristeza eres tú ¿qué remedio? Cuando no le ajustan tus ojos para salir, cuando mis ojos son grandes... será entonces que se enamoró de ellos, casi tanto como lo hiciste tú y mejor se guardó detrás para no dejarlos nunca jamás.
Jamás nunca.
Amor abnegado y estúpido, ni siquiera los tiene de frente para verlos, mejor que se vaya a habitar otro cuerpo, en el que los pueda mirar, en el que pueda caminar a su lado. O mejor, mejor que se largue a la chingada con tanto personaje solemne que ha de habitar allá.
¿Pero qué se gana al vivir en mí, estúpida tristeza? Estúpida y mil veces estúpida.
Ella no te toma a la fuerza, es tan sensual que te seduce, te derrite y después, si tienes suerte: ¡a llorar!. Si no la tienes, maldito tú conmigo que la llevamos a cuestas, paseando de a gratis; comiendo de ti, de mí y de quien se deje. Vividora.
¿Será incapaz de verlos y por eso se oculta? Incapaz como tú, valiente porque se quedó, cobarde. Enamorada ella de unas pestañas sin rimel y de una risa que ya se fue, por su culpa y contigo.

¿Pero qué culpa tengo yo de sus amores y de los tuyos que me hacen cargar con ella a donde voy?
Ah, ya recuerdo, que sí, que aquí la estúpida soy yo.

martes, 14 de febrero de 2012

Me asomo a la ventana, a esta ventana y no veo estrellas, ni me pega el viento.
Echo un último vistazo antes de ir a dormir, bostezo y miro, como si más allá de esta pantalla hubiese un más allá y no sólo letritas atrapadas en un teclado tac tac tac.
Muchas noches como esta he considerado tirar el computador por una ventana de verdad, en la que vea las estrellas y me pegue el viento pero me ganan las ganas de este tac tac tac del teclado, de asomarme a otras realidades que bien sé son estúpidas.
También he pensado en mudarme a un pueblo, en el que el tac tac tac sea el del andar de la gente en sus caballos, pero que en estos tiempos la gente en los pueblos anda en camionetones con música, a mi placer, espantosa.
Abro otra ventana en la que escucho música de muy lejos, tac tac tac para tun tun tun, puedo escuchar eeeiiiieeeh eeeiiioooh http://www.youtube.com/watch?v=LdIvFxu9jJQ&feature=related ... en mi ventana de verdad me pegaría el viento y me llegaría el sonido del norteño, que tanto le gusta a mi vecino y le disgusta a mis noches
Tac tac tac, que sé que debo dormir  porque me duele la cabeza y me hace falta el aire.

Algún día tendré el valor de abandonar este aparatejo. Lo juro.

domingo, 29 de enero de 2012

Hubo

Hubo una vez una nuez sin cáscara, un rey sin corazón, un gato con botas y un león sin melena.
La nuez se sentía desnuda, de pequeñita. Cuando creció se sintió sensual, todos querían comerla y así murió,  triturada por los dientes, feliz.
El rey sin corazón nunca se sintíó feliz, el pobre siempre vivió sin emociones, hasta que un día se murió y nadie lloró. A la fecha nadie recuerda su nombre.
El gato con botas no tenía nombre propio, y era un desgastado cliché usado en chistes, películas, cuentos y demás. No sabemos cómo murió... ni siquiera sabemos si ha muerto.
El león sin melena no era calvo por suerte, era calvo por convicción, así no nació pero sí creció y murió. Cuentan que aún sin melena fue amado.
Hubo una vez un hombre que se comió una nuez, dicen que era rey y que en su reino había un gato con botas y muchos leones, uno de ellos sin melena.

viernes, 27 de enero de 2012

Permanecerías toda tu vida, callada.

Dices que me entiendes, tan ingenua.
Me entenderías si supieras las verdades y no sus verdades.
Que llama en las madrugadas para decir que aún me ama, que nunca me dejó para estar contigo, que aunque no me besa me piensa y quizá más de lo que te piensa a ti.
Pobre ingenua que crees que su gran defecto es no saber decir no y que no sabes que su egoísmo nos carcome, a ti, a mí y a él.
¿Que me entiendes? Lo que pasa es que tú no sabes lo que pasa y nunca supiste lo que pasó. Por eso es que crees, pero no, que tú no entiendes nada. Que no fui yo quien lo buscaba, que no es amor lo que lo mueve, que es la soledad la que lo aterra.
Entenderías si supieras las historias completas y no tantos cuentos azules, y es aquí cuando debo confesar que jamás te creí lista pero nunca te creí tan tonta, pregonando que entiendes de lo que no tienes un comino de idea, alardeando de lo que careces.
No, nunca me dejó y no lo hará, porque así es él, me ama y lo hace mal y a medias, las otras medias las duerme contigo. 
Cobarde que no se atreve a perder para ganar, que vive sin amar con un amor que no tiene principio y mucho menos fin. Que bien sabe que eres la antítesis de lo que necesita pero te necesita para saberse porque está perdido.
Así es él y no me sorprende, sin embargo me sorprendes tú, inguenua entendedora de lo que no se puede comprender.
De él no espero nada, de ti lo único que espero es que si no sabes, te calles.

Entonces, permanecerías toda tu vida callada.

jueves, 26 de enero de 2012

Te amé.

Te amé, en futuro; porque en presente esa no sería la conjugación, porque los tiempos verbales dicen mucho y los te amos dicen más.
Porque a mi pesar y a tu placer aún te pienso, aún te siento.
Porque te escucho reír de mis malos chistes, porque tu risa aún es.
Te amé, en futuro; ya quisiera yo que fuera en pasado.
Porque a veces pienso que ya no y entonces el recuerdo no se va y me recuerda a ti.
Porque en el futuro ya no estamos juntos, porque te fuiste.
Porque las ganas me sobran y tú me faltas.
Te amé, en futuro; ya quisiera yo que fuera en presente.
Porque así quieres tú que sea y porque siempre he de hacer lo que tú quieras.
Porque nos faltó tanto y nos sabró amor.
Porque así será, porque en un después no muy lejano, así será.
Te amé, en futuro; ya quisiera yo que llegue ese día.
  Te amaba.

miércoles, 25 de enero de 2012

Números

Quiero 1 agenda para este 2012 que empezó hace 25 días.
Tengo 2 amores y los tengo desde hace 1 año 21 días.
Duermo poco, quizá 6 horas, 18 permanezco despierta.
Sueño demasiado, las 24 horas del día.
Peso 63 kilos, mido 1 metro y 64 centímetros.
Me sé de memoria los números de teléfono de la gente que amo.
Trabajo 2 veces por semana.
Sonrío aproximadamente 60 veces por hora, 1 vez por minuto.
0 veces te pienso. Infinito.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Del cielo

Qué bonito es tener tus besos y tus risas.
Qué bonito es despertar para verte y amanecer a tu lado.
Qué bonito es que te rías de todo y que te rías conmigo.
Qué bonito es...
Qué bonitos son tus ojos, y tus pies, y tus manos.
Qué bonitos son mis días.
Qué bonita eres tú.
Qué bonita, mi estrellita partida en dos.






domingo, 20 de marzo de 2011

Hacer de media noche

Esperar algo que aún no pasa, tirar un moño en verde a la basura, extrañar algo que no pasó, tener hambre, anhelar el presente, pensar en el futuro y en pasado, perder el tiempo, sentir ganas del después, soñar con el antes, evadir el anhelo, brindar por el deseo, llorar en silencio, admirar los milagros que duermen junto a mí, ser parte de ellos, beber cerveza, no conjugar los verbos, recordar momentos, construir el camino para recorrerlo mañana, tener toda la esperanza en dos pedacitos de cielo, oir a los grillos, soñar con la luna, mirar el esmalte de mis uñas, sonreír de lado, suspirar a medias, imaginar que bailo salsa en la mutualista contigo, recordar a mis amigas reír, mirar hacia el vacío, acariciar su rostro, saber que no hay nada mejor que eso, oler el aire, borrar espacios, apelar a los sentimientos, escuchar nuestra respiración, aburrir al lector, creer en Dios y en dos, contemplar la perfección guardada en una manita, sujetar lo que está por venir, ir a la cocina, leer lo que escribo, escribir lo pensado, decir 'hasta pronto' y dormir sin sueño.

martes, 15 de marzo de 2011

Fe

Desamarra este nudo en mi garganta
Abrázame hasta que salga el sol
No sueltes mi mano
Míranos siempre
Cuídalas
Dios
Fe

lunes, 14 de marzo de 2011

Del karma que pagué con gusto

Soñé contigo y extrañé lo que no fuimos.
En definitiva, lo sé, pudimos ser muy felices, y lo sé porque al despertar recordé nuestro primer beso, el primer beso y el de despedida... ¡qué combo!, ¿no?
Ambos lo sabíamos, era el primero, el único y el último, por eso fue que nos besamos hasta ver salir el sol, mientras reímos como estúpidos.
Nuestra risa estúpida, porque el karma nos lo cobraría, porque no nos importaba pagar, porque yo te gustaba -y te gusto- tanto como me gustabas -y me gustas- tú a mí.
Fue un alivio besarte y también un pesar. El alivio de por fin sentir tus labios, el pesar de descubrir que eran mejor de lo que yo pensaba; el alivio de ya no esperar ese día, el pesar de que sólo fue uno.
Un día y por la noche decidiste finalizar lo que nunca empezamos por culpa nuestra consanguinidad inexistente y de nuestras relaciones reales, ¡vaya cosa!, que el tiempo nunca nos dio tiempo y sólo nos regaló un ratito envuelto en un besote.
De verdad creo que pudimos ser, me lo dijo ese adiós disfrazado, confirmó mis sospechas de química inminente entre el tú y el mí.

En este instante descubrí que fue mejor así, sin romper el encanto.
Gracias, en definitiva, fuiste un karma que pagué con gusto.